Culto al cuerpo

Ya tardaba en salir el tema... ¡El culto al cuerpo!

Cierta vez le oí decir a un amigo, que todos éramos carne

Todo giraba en torno a la carne, la carne joven era la más codiciada y generalmente la que la carne vieja buscaba. Y que el mundo no era más que un supermercado grande donde se vendía carne, no le faltaba razón...

Batidos de proteínas, arroz con pollo, tablas interminables de ejercicios, visitas a tiendas de nutrición deportiva, arroz con pollo, sacrificios, fotos en Ibiza, rubias tetonas, más arroz con pollo….

Estos son más o menos las conversaciones que se pueden mantener con casi todos agentes que en mi comisaria, que no son dinosaurios, y cuya edad oscila entre los 25 y 35 años.

Si es cierto, en mi trabajo casi todos somos deportistas, aunque unos más que otros, por desgracia el tiempo es finito, y hay que ser selectivo, yo, por ejemplo, no vivo en casa de mi madre para que me atecle y solo tenga que preocuparme en entrenar ponerme buenorro y follar todo lo que pueda.

Los agentes más veteranos están un poco cansados de la nueva “generación proteína”, veamos,  seamos sinceros, a todo el mundo le gusta verse bien, sin embargo hay gente que se pasa tres pueblos, un par de ejemplo:

Cierta vez (que en mi caso suele ser bastante a menudo (¡Si!, si no me tiro yo flores... ¿Quien me las va a tirar?)) tuve un detalle y llevé unas galletas de chocolate a comisaría en el mes de junio para desayunar, y al entrar un compañero de trabajo, que es un formado atleta, le ofrezcí una, con lo que él, da un salto para atrás como un gato, se saca el bastón policial y empieza a hacer aspavientos en forma de X mientras grita:

“¡Atrás!, ¡atrás! ¡¡¡No arruinaras mi figura a puertas del verano!!!”

Lo cierto es que la reacción, casi instantánea, me hizo gracia, lo admito, empecé a reír, pero después vi que lo decía en serio, alimentación 0 grasas, muy disciplinado he de admitirlo, un 10 para el.

Sin embargo siempre hay casos peores...

Más tarde y el mismo día, me encontraba yo almorzando en mi puesto de trabajo pavo, el cual lo compro en socorridos packs de 100gr. 

Al poco se acercó un compañero de trabajo, y al verme almorzar se pensó que era jamón de york lo que estaba comiendo, con lo que me dice:

“Planetgradius, que haces comiendo eso, ¿estás loco? ¿Es que no sabes que tiene mogollón de grasa? ¡Come pavo hombre!”

En mi cabeza no paraba de resonar la frase una y otra vez:

“Tiene mogollón de grasa”

“Tiene mogollón de grasa”

“Tiene mogollón de grasa”

Me detuve un tiempo para estudiar el chiste…y al cabo de un rato me di cuenta de que… ¡¡¡No era un chiste!!! A lo que le dije:

“Cuando eras pequeño y tenias cagalera, ¿tu madre no te daba para comer arroz y jamón york?”

"Si"

“Y…. ¿tú crees que si tuviera “mogollón de grasa” te lo darían?”

“Ya, pero el pavo tiene infinitamente menos grasa, ¡solo me preocupaba por tu figura! ¡Los tiempos cambian, y la alimentación también!”

MANDA HUEVOS

Luego, uno de los dinosaurios de los que he hablado antes, cuya edad ronda los 40 y (digo dinosaurio porque en el oficio tiene ya mucho kilometraje) es de los que miden 190 y pesan 120 kilos, a la hora del almuerzo ha optado por irse a auto marginarse a otro sitio, ya que mientras la mayoría de la comisaria se ha propuesto a extinguir todos los atunes y pavos del planeta, el le da más a los chasquis y a los donuts. ¡Y ya no hablemos con la comida del domingo!, ¡qué las ofertas del 3X1 de Telepizza son muy socorridas! (3X1 solo para el se entiende...) También se auto margina el pobre jajajaja.

"¡Paso de comer con estos adictos al arroz con pollo que me siento mal comiendo, coño!", dijo una vez cargando con sus pizzas mientras abandonaba el comedor.

Así que seamos sinceros, los extremos están mal, pero… ¡¡Ni tanto ni tan poco!!