lunes, 27 de enero de 2014

El rancho del patrullero

En este trabajo muchas veces tenemos que hacer muchas horas en el coche conduciendo. Generalmente solemos ir a base para poder comer o almorzar, pero en bastante  ocasiones esto no es posible, ya sea porque hay recursos policiales en otros asuntos, o hay demasiada gente en base y no se puede o hay que estar cerca de las zonas complicadas.

Así que siempre hay que tener en el maletero del coche una mochila con “víveres” que pueden comerse en cualquier momento y fácilmente, como barritas de cereales, tortas de arroz y demás.



Sin embargo hay mucha gente que de la religión del tupper de comida (muchos se alimentan solo a base de arroz con pollo (yo tengo la teoría de que es una conspiración para extinguir esta planta y animal del planeta)), y otros de la religión de atún, pavo o jamón de york (otras cosas destinadas a extinguirse sin remedio)



Cierta vez estaba en el asiento del copiloto una vez comiendo tranquilamente de tupper mis macarrones con tomate, cuando saltó por emisora una urgencia y salimos escopetados, y yo, muerto de hambre, ¡no iba a renunciar a mi rancho por supuesto!, así que decidí comerlo más rápido pensando que me daría tiempo a comerlo antes de llegar al lugar del incidente, ERROR, así que allí iba un policía por la Gran Vía de la ciudad comiendo de un tupper de comida dentro de un coche de policía con los rotativos puestos, y la gente mirando, ¡solo me faltaba saludar como una princesa que come macarrones con tomate!



(Pese a todo me lo terminé antes de llegar)

Lo metí como pude a la mochila y de ahí al maletero, colocado meticulosamente para que no se manchara la mochila, y salimos corriendo para socorrer al ciudadano (yo relamiéndome como un perro para que no hubiera manchas de tomate en la comisura de los labios, uno siempre tiene que estar impecable ante el ciudadano). Tras acabar con el problema y de camino al coche patrulla, oímos por el takie otro problema… ¡y en nuestra zona!, así que entramos rápidamente en el batmóvil

Al minuto de arrancar me di cuenta de mi error… ¡¡¡Los tuppers de tomate!!!
Con cada curva que daba mi compañero a grandes velocidades yo solo podía pensar en mi mochila y sufrir



“No vayas tan deprisa, que cuando lleguemos ahí seguirán peleándose, ¡deja que se cansen coño!” estuve a punto de decir, pero no lo hice, ¡uno es todo un profesional!

Al llegar atendimos el problema y después abrí el maletero para comprobar cómo mis temores se hacían ciertos, ¡Yuhu!, ¡¡¡macedonia mochilera!!!



Y más ejemplos de que lo de los tuppers es peligroso:
Los días que hacemos turnos dobles, me llevo comida en condiciones (alubias, lentejas, puré…)  y lo introduzco estratégicamente dentro de la mochila y lo acoplo entre varias cosas para que se mantenga recto en el trayecto de casa al trabajo….
¡¡¡Pero qué va!!!
 Un par de curvas a un poco más de la velocidad recomendada y ya tenemos un tupper abierto con las debidas  consecuencias.

Así que todo el mundo me pregunta:
“Joer Planetgradius, creo que ganas lo suficiente como para comprarte una mochila nueva, ¿no?”



¡Pues sí!, ¡pero paso de comprar una mochila nueva que a la semana huela a lentejas o a alubias, que por mucho que lo lave yo lo sigo oliendo!    
¡Así que mochila mugrienta forever!    :P
Que Lara Croft tiene una mochilita mugrienta y nadie dice nada...

Cualquier día me ven con una mochila cutre a más no decir


1 comentario:

  1. Siempre puedes hacerte acopio de la mochila q te regalan en la fiesta cacique o tanqueray

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