lunes, 12 de mayo de 2014

Tengo el corazón contento, el corazón contento...


Un buen día nos avisaron por emisora de un aviso de agresión entre dos mujeres en un domicilio y que había de por medio unas tijeras y mucha sangre.




Al llegar al lugar del incidente nos encontramos con una mujer de etnia sudamericana que estaba intentando clavarle unas tijeras a otra, también de misma raza, y esta última, aunque no estaba en estado de gravedad, si que presentaba varios cortes y estaba con sangre.

Se consiguió separar a ambas mujeres, y evidentemente, esta mujer fue detenida por agresión y lesiones.

La mujer era un bellezón, una gran belleza, y digo “gran” porque eran unos 100 kilos de belleza más o menos…


   ¡¡¡¡TONELADAS DE DIVERSIÓN!!!

Una práctica bastante común en el oficio es que, durante el traslado, dar conversación a los detenidos y preguntar qué es lo que había ocurrido, más que nada por saber su versión de los hechos. Y en esta ocasión nos respondió lo siguiente:

“Pues verán ustedes señores agentes, yo, aunque no se lo crean, soy un mujer muy muy buena. Soy tan buena que tengo un corazón enorme, tan grande que puedo amar a tres hombres.
El primer hombre es mi marido.
El segundo hombre es mi novio.
Y el tercer hombre es mi amante.
A mis dos primeros les puedo decir algo si les veo siéndome infieles, sin embargo, a mi amante, al ser precisamente mi amante, no puedo decirle nada por irse con otras mujeres.
Sin embargo sí que puedo decir a otras mujeres que no toquen mis cosas, y eso es lo que he hecho, darla un toque de atención para que no toque mis cosas, que como comprenderían, es exactamente lo que ha pasado, ni más ni menos”




TOOOOOMAAAAAAAAAA

Y lo dice todo convencida…

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